viernes, 15 de febrero de 2008

MONSANTO SOBRE LA PIEL DE LOS NIÑOS

Muchos me preguntan cual es el problema con los transgénicos, la respuesta mas fácil que se me suele ocurrir es cambiar la pregunta: que tienen de bueno los transgénicos? La mayoría de los "beneficios" transgénicos, están asociados mas que nada a las empresas productoras de las semillas transgénicas y sus abonos y herbicidas y son beneficios económicos, ya que gracias a esas tecnologías, esas empresas están acumulando fortunas enormes de dinero, la mayoría de veces a costa de drenar la tierra de sus nutrientes y enormes daños a la salud de las poblaciones de personas que viven cerca de zonas de cultivos.Muchos me dicen que no esta comprobado que hagan daño a la salud, a lo que suelo contestar que tampoco esta comprobado que hagan bien o mas aun que sean inocuas o que no provoquen daños a la salud.
La verdad es que es una tecnología nueva, aun no disponemos de data de sus a efectos a largo o mediano plazo ya que no se hicieron las investigaciones correspondientes y mismo que esas investigaciones den como resultado que los transgénicos provocan daños a la salud, no sabemos que actitud tomarían las autoridades ante las enormes presiones de empresas como monsanto (o como dice un amigo non-santos) ya tenemos el precedente del tabaco y alcohol (y la leche), que a pesar de todas las presiones de las tabaquelera se pudo demostrar científicamente su daño a la salud, pero se siguen vendiendo a pesar de ello.
Para los que quieran saber los efectos transgenicos y de la soya, les dejo este articulo de Gabriel Quijano, un vegetariano amigo que trata muy bien el tema:





MONSANTO SOBRE LA PIEL DE LOS NIÑOS
Extracto de la revista Vivir sin Dañar - Año 1 Numero 1
Por Gabriel.E.Quijano ●๋:

Las huellas del "Agente Naranja" de Monsanto aún persisten en Vietnam. Algunos cálculos sitúan en más de 500.000 el número de niños nacidos con deformidades, defectos congénitos y neurológicos resultantes de la intoxicación con el herbicida usado como defoliante en la guerra, en un ciclo que no tiene fin.

Hoy, los herbicidas a base de glifosato como el Round-up con que campos y aledaños pueblos son indiscriminadamente fumigados, sin respetar distancias entre cultivos ni personas. El Dr. Darío Gianfelici, quien vive en Cerrito, Provincia de Entre Ríos, una de las zonas más impactadas por el cultivo sojero. Ha visto gente morir de cáncer a los 30 años, bebés muriendo en partos normales, placentas sin feto y niños con malformaciones congénitas. Víctimas de la necesidad de las multinacionales de producir soja (RR) con la que el "primer mundo" alimenta al ganado. Pero esto es historia repetida.

En su libro, "La soja, la salud y la gente", Gianfelici explica que estas patologías "se ve con muchísima frecuencia en aquellos lugares donde la explotación sojera se ha transformado en un monocultivo, son los efectos de productos altamente tóxicos que se usan para tratar los cultivos, que están vendiendo como si fueran inocuos. Solo por nombrar algunos: el insecticida –órgano-clorado- endosulfán, por ejemplo, es utilizado como surfactante en el herbicida asociado a la soja transgénica, se incorpora al organismo que lo decodifica como si fuese una hormona, actuando por ende sobre todo el sistema endócrino, produciendo alteraciones tremendas en la fertilidad, tanto de hombres como de mujeres, estas disrumpen el equilibrio hormonal causando cáncer de próstata y mama entre otros. Además, el glifosato es peligroso para los ojos, causa inflamaciones de la piel y esta vinculado a una variedad de cáncer linfático" concluye Gianfelici.

Gianfelici fue más allá y remarcó: “debemos repetir hasta el hartazgo, incansablemente, que la leche de soja NO EXISTE. La composición y las propiedades del jugo de soja difieren totalmente de la leche. Se está produciendo un daño muy difícil de evaluar actualmente sobre el desarrollo físico y mental de esta generación. La soja contiene sustancias que son de riesgo, llamadas anti-nutrientes. Estos elementos, fitatos, inhibidores de tripsina, impiden la absorción de minerales como el hierro, calcio y el zinc, entre otros. También el poroto de soja es rico en estrógenos vegetales: genisteína y diadzeína (isoflavonas) que son sustancias químicas que suplantan las hormonas naturales, engañando a nuestro organismo, haciéndole pensar que son hormonas. El ingreso de estas hormonas vegetales en el organismo infantil, puede provocar severas alteraciones de feminización en varones y pubertad precoz en niñas con alto riesgo de cáncer sobre los órganos hormonodependientes como tiroides, útero, ovarios, mamas por el bombardeo hormonal”. La Organización Panamericana de la Salud "establece que está totalmente contraindicada en menores de dos años y debe usarse con mucha precaución en menores de cinco años”.

Por su parte, el biólogo Raúl Montenegro, presidente de FUNAM, afirmó que las semillas integrales de soja transgénica "suelen contener en su interior restos del herbicida Glifosato y del insecticida Endosulfán, y de sus respectivos derivados, el AMPA y el sulfato de endosulfán. Todos ellos son compuestos que pueden alterar el sistema hormonal de los niños y adultos "por eso se los llama disrruptores endócrinos". Incluso un coadyuvante usado para mejorar la absorción del glifosato en soja, el Nonil Fenol Etoxilato "también es un disrruptor endocrino". Montenegro señala que estos residuos "podrían actuar a bajas dosis", y que lamentablemente los pesticidas para soja "solo son regulados en base a su toxicidad, no a sus efectos sobre el sistema hormonal".

A todo esto, hay quienes utilizan a niños como banderilleros para fumigar las plantaciones de soja. Quienes serán sistemáticamente rociados con "Randap” y a veces “2-4 D” (pariente próximo del Agente Naranja), mientras trabajan como postes, como banderas humanas. Es en Las Petacas (1), norte profundo santafesino, donde alguna vez funcionó La Forestal, empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado y convirtió bosques en desiertos. Es probable que sufran en carne propia los efectos de estos compuestos órgano-halógenas carcinógenos, con un amplio conjunto de trastornos reproductivos, de desarrollo y del sistema inmunológico.

En San Javier, provincia de Santa Fe, se registra también la contaminación por efecto de los agroquímicos que se emplean en el monocultivo de soja transgénica. Habiéndose detectado una cantidad alarmante de casos de bebés nacidos con anencefalia (ausencia de masa cerebral) cuando en el mundo se calculan en 10 por 10 mil nacidos vivos. En San Javier en un año se dieron 12 casos en 300 nacidos vivos.

Paralelamente, comienzan a aparecer “súper-malezas” resistentes al glifosato, en un proceso de mutación de las especies con el consecuente uso de más pesticidas, aumentando los niveles de residuos tóxicos en alimentos y la tierra.

No seamos cómplices de esta nueva forma de esclavitud humana. El consumidor es un gigante dormido. Despertémoslo.

Por informes de actividades, escribir a: veganauta@hotmail.com ó al 15-6005-8493

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Contacto Gabriel ●๋:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es impresionante ver hasta donde es capaz de llegar el egoismo humano, es imperdonable los que estos malditos y decrepitos enfermos de la elite ilumida bilderberg hacen para manipular y enfermar a las masas, controlando ambos lados de la guerra, pero lamentandolo mucho más son las personas que por un pan en la boca callan y aportan a tal crimen existencial, ya no quisiera ser testigo de todo esto.